sábado, 29 de junio de 2024

sábado, 29 de junio de 2024

Gestion del estrés y la ansiedad

Testimonios
Ana

Un día recibí la llamada de alguien desconocido que se identificó como una voluntaria del Teléfono de la Esperanza. Yo ya había participado en dos talleres: Autoestima y Habilidades de Comunicación y me había inscrito en el de Emociones, pero esa persona me dijo que no salía grupo y me invitó al Taller de Gestión del Estrés y la Ansiedad.

Yo, al principio, no estaba muy animada, pero, finalmente cambié de opinión y me inscribí en ese taller porque también me hacía mucha falta trabajar esos aspectos de mi personalidad. El taller comenzaría el 9 de abril

Bueno, en realidad, el taller había empezado el 1 de abril cuando la profesora se dirigió a nosotras a través del grupo de WhatsApp que había creado y empezó a mandarnos materiales y bibliografía. Esto dice mucho de una persona que, además de su familia y su trabajo, dedica de manera voluntaria parte de su tiempo a ayudar a los demás.

Y esto es algo que quiero destacar de todas las personas que he conocido en el Teléfono de la Esperanza: su ENTREGA GENEROSA y su ALEGRÍA y su ACOGIDA.

Los voluntarios del Teléfono de la Esperanza están ”hechos de una pasta especial” porque no sólo dedican su tiempo a impartir cursos, sino que acompañan personalmente “fuera de su horario” a los que participamos en dichos talleres y además dedican parte de su tiempo a su formación personal.

Esta formación la ponen a disposición de todos aquellos que llegamos, cada uno por un camino diferente a la sede del Teléfono de la Esperanza de León. Y lo más hermoso es que nadie te pregunta de dónde vienes, por qué vienes, si eres rico o pobre, tu religión, tu profesión. Solamente te abren la puerta, te abren los brazos para abrazarte y te abren el corazón para acogerte. Y esta actitud se convierte en contagiosa y los que, al principio no abrazábamos, hemos acabado abrazando y los que al principio juzgábamos, hemos aprendido a no juzgar por las apariencias porque precisamente de los que más recelábamos son los que más cariño nos han dado.

Hemos aprendido muchas cosas, pero sobre todo hemos aprendido a querer, a querernos y a sentirnos queridas.

El martes 9 de abril comenzó el taller, poco a poco la gente fue llegando. Me alegré porque conocía a una de las once participantes. Al principio, no nos conocíamos y estábamos todas expectantes, sin saber muy bien a qué veníamos y en qué aventura íbamos a embarcarnos. Creo que nadie del grupo ni siquiera Marieli, la dinamizadora  responsable y María Jesús, que la ha acompañado en  todas las sesiones, imaginaban lo que iba a salir de ese grupo.

Poco a poco se han ido tejiendo unos lazos invisibles de amistad, compañerismo, empatía, cariño, confianza y apoyo entre nosotras que ha hecho que nos sintiéramos como en familia, con mucha libertad para expresarnos, llorar cuando era necesario, reír.

¡Cuántas veces hemos acabado fundidas en un gran abrazo tan fuerte que no podíamos separarnos!

¡Y durante la semana cuántos mensajes de ánimo, de apoyo, canciones, vídeos, charlas, y otros materiales, que unidos a los materiales oficiales del Teléfono de la Esperanza nos van a ayudar a ser cada día más asertivas y a hacer frente a situaciones que antes no sabíamos gestionar!

¡Qué seguridad también saber que cerca de nosotras tenemos unas amigas que nos quieren y están dispuestas a echarnos una mano y sobre todo un abrazo!

¡Un millón de gracias al Teléfono de la Esperanza, en especial, en este caso a Marieli  y a María Jesús, pero también a todos esos voluntarios anónimos que al otro lado del teléfono tienen la palabra oportuna para ayudar y apoyar a alguien que pasa por un mal momento!.