Tomando Decisiones Irrevocables
Hay momentos en la vida en los que debes tomar decisiones firmes e irrevocables. A veces, es necesario dejar tu casa, tu familia, tus amigos, tu país, simplemente porque no estás satisfecho con la vida que llevas. A pesar de tus esfuerzos y desgaste por lograr tus objetivos, sientes que tus sueños se alejan cada vez más. Esa fui yo. Un día decidí dejarlo todo e irme a un país muy lejano del mío. Crucé el océano y lo hice.
Comenzando de Nuevo con Sueños y Metas
Comencé una nueva vida con mis sueños y metas vigentes, solo cambió el entorno. Sabía lo que quería, aun cuando me tocara empezar de nuevo, literalmente sin nada más que una maleta cargada de sueños e ilusiones. Como inmigrante, hice lo que debía hacer para lograr mi residencia. La vida me sonrió, como si me estuvieran esperando en España. Mi optimismo creció cada vez más, a pesar de las dificultades y retos de iniciar una nueva vida en un lugar desconocido, con una cultura diferente y un idioma en común.
Logros en Tierra Nueva
Con altibajos, me fui asentando en esta tierra y logré importantes objetivos, como el que dos de mis hijos hoy también estén aquí, buscando su residencia, estudiando y trabajando. Todo esto lo cuento porque para alcanzar mis sueños y propósitos fue necesario trabajar, y sigo trabajando fuerte en mí misma. Esto es algo que hago desde hace muchos años: invertir en mi desarrollo personal.
Invertir en uno Mismo: La Clave del Crecimiento
Decidí invertir en mí, sí, eso mismo. Invertir mi tiempo, dinero, esfuerzo, mente y corazón en mi desarrollo personal. He asistido a muchos talleres, cursos, diplomados y formaciones, principalmente en ventas, oratoria, nutrición, meditación, inteligencia emocional y educación financiera. Estas formaciones me han nutrido mente, cuerpo y espíritu, dándome las herramientas para enfrentar cada desafío que la vida nos pone.
Formación en el Teléfono de la Esperanza
Recientemente, completé una formación en el Teléfono de la Esperanza de León, España, sobre Gestión del Estrés y la Ansiedad. El valor recibido ha sido incalculable, no solo por la calidad humana y preparación de las facilitadoras, sino también por la compenetración con el grupo. Salimos empoderadas y comprometidas a seguir aplicando lo aprendido, para lograr nuestra verdadera libertad.
Gratitud y Recomendación
Desde aquí, recomiendo y agradezco ampliamente esta bonita labor de voluntariado que con tanto amor entregan a las personas que acuden a esta organización. El Teléfono de la Esperanza va más allá de la atención integral, promoviendo la salud emocional de personas en crisis gracias a la formación abierta a todo aquel que busca superarse. En mi caso, la formación de alto valor que recibo allí me ha ayudado a encontrar equilibrio, paz, amor, autovaloración y una vida más plena.
Conclusión: Un Camino hacia la Plenitud
Dejarlo todo y comenzar de nuevo no es fácil, pero es posible. Con determinación, esfuerzo y el apoyo adecuado, puedes transformar tu vida y alcanzar tus sueños. La inversión en uno mismo es la clave para superar cualquier desafío y encontrar una vida con mayor plenitud. El Teléfono de la Esperanza ha sido una parte fundamental de mi viaje hacia la libertad emocional y la realización personal, y por eso, estaré eternamente agradecida.