Ventanas al sol
Ana Cristina Pastrana
En el cáliz de sus ojos tiembla la soledad. Lejos de la vanidad, camina el silencio. Inviernos lacerados por la escarcha cruzan el sembrado de su cuerpo, perfumado de azafrán, para abrazarse con el sol. Sus ojos, mudos de asombro, flotan en la eternidad. Avanza entre las piernas de la luz mientras el miedo resucita en los zapatos.