domingo, 12 de febrero de 2023

domingo, 12 de febrero de 2023

Llamado a vivirte y experimentarte

Creciendo en el amor
Juan Fernández Quesada

Sí, amigo/a, estás llamado/a a vivirte y experimentarte, porque todo lo externo no deja de ser un reflejo de lo que vives internamente.

Cuando nada poseemos, es signo de que lo tienes todo, porque sabes de tu tránsito por este mundo para llegar, tomar algo prestado y dejarlo al marchar. Por eso, como San Francisco de Asís decía, nada necesitaba, nada quería para sí, y de lo poco que necesitaba, le sobraba la mitad.

Quien sabe de esto, es feliz, y no se amarga con las guerras por tener, por apoderarse de algo.

Nuestro tránsito, desde temprano en este mundo, es para aprender, aprender a cómo es todo esto, que reglas o leyes lo gobiernan, por eso los niños, desde el inicio, experimentan cómo suena un objeto al golpearlo, cómo sabe, cuál es su textura, cómo huele, cómo se ve desde una y otra posición. Desde esa experimentación hacen una construcción interna de lo que hay en este mundo de la forma y esa construcción es la que le va a servir para volver a relacionarse con eso que se llama “lo exterior”. Por lo tanto ¿Qué es lo más importante? Lo más importante es el esquema que él ha construido internamente.

En el Curso de Desarrollo Personal del Teléfono de la Esperanza hablamos de algo similar en relación a la Teoría del Apego. El niño en su interacción con las figuras de apego (normalmente los padres), va a construir dos esquemas: 1) Cómo son o cómo reaccionan los demás ante él (ESQUEMA DE CÓMO SON LOS OTROS). 2) Cómo yo soy capaz de manejarme, de responder o de adaptarme a esos otros (ESQUEMA DEL SELF, O DEL SÍ MISMO).

Se ha comprobado que, generar un buen “esquema del self”, es más importante que el “esquema de los demás”, porque teniendo un buen esquema de sí mismo generas una cierta confianza en que vas a saber adaptarte adecuadamente a las diferentes situaciones, y este esquema del self va a ser una base importante de una buena autoestima.

Así, la vida interior, la reflexión sobre sí mismo, la autoconsciencia, el autoconocimiento, es piedra angular de una vida estable y armoniosa.

La sociedad sigue con patrones de creencias limitantes y absurdos que solo alimentan el consumismo, la posesión y el disfrute inmediato. Es un afán por “comerse”, ahora, todo, “por si se acaba”. Es vivir de forma carencial, sin prestar atención a dónde está la llenura. LA LLENURA (PLENITUD) ESTÁ EN EL SER, no se puede buscar en ningún otro lugar.

Tu ser, tu presencia, está siempre accesible a ti. No necesitas irte al Tibet (ahora que está de moda) para encontrar tu esencia y tu dicha.

Decía Santa Teresa de Jesús que “acostumbrarse a soledades es gran cosa para la oración. No es menester alas para ir a buscar a Dios, sino ponerse en soledad (en silencio) y mirarle dentro de sí”.

En el fondo, parece que estamos aprendiendo en esta vida, pero en realidad, tan solo estamos recordando quiénes somos (el ser) y quiénes queremos ser (el ser en potencia). No tenemos límites y te propongo que entres en comunicación con tu verdadero ser para descubrir la ingente creatividad que hay en ti. Por eso, mientras te sigas identificando con un cuerpo, vivirás limitado por éste.

Hasta la próxima.