Hace 7 años entraba por primera vez en la sede del TE, cuando estaba en la Avda. Padre Isla, para realizar el taller de Autoestima, iba a probar… a ver de qué trataba, sin expectativas especialmente altas, entonces no me imaginaba que algún día sería coordinadora de un grupo como aquel.
La experiencia que me ha dado la vida de copilotar junto a Maite un grupo de Autoestima fantástico, con personas ilusionadas y muy motivadas ha sido un regalo, poder compartir este taller con ellas me ha ayudado a recordar, a fortalecerme; me han inspirado y me han hecho sentir identificada en sus reflexiones; me he emocionado también me he reído… He disfrutado mucho.
Hablando de la parte más técnica, me ha parecido muy importante haber contado con esta práctica, me ha ayudado mucho trabajar con Maite, sus consejos, verla llevar el grupo, los tiempos, ir conociendo las necesidades del grupo, organizar las sesiones… Me he sentido muy cómoda, ha resultado tan fácil trabajar contigo, has confiado en mí, me has dado la oportunidad de dejarme guiar el grupo, hemos hecho un equipo muy bonito y te echaré de menos en otras ediciones cuando esté sola aunque sé que siempre estarás cercana; es por ello que quiero agradecértelo públicamente, has sido de gran ayuda en mi aprendizaje y guardaré este recuerdo en mi corazón y tu gran generosidad.
Es curioso que rememorando aquel primer taller que hice nunca pensé ser voluntaria, traía tantas piedras en la mochila que me parecía imposible lidiar con las de otras personas, pero después de muchos cursos y talleres, de mucho ensayo y error, después de mucha búsqueda, llega un momento en que la vida te va llevando a ayudar a otras personas a transitar por el camino del autoconocimiento, del crecimiento personal, sabiendo que yo solo soy un instrumento, que el verdadero actor es la persona que está transitando ese camino y el acto es el encuentro con su verdad, con su reconocimiento, con sus miedos y sus fortalezas y ayudarle a descubrir (si quiere) todo su potencial, toda su belleza. Creo que esa será mi función en este proceso, acompañar, nada más, nada menos.