Este virus lo ha puesto todo patas arriba. Quien no ha perdido a un familiar o a un conocido, ha padecido la enfermedad en primera persona. Y además, las medidas para frenarlo, han dejado a otros tantos sin trabajo o con una grave situación económica.
Y por si fuera poco, no tener una fecha concreta para la solución de esta crisis, el poco o nulo control sobre la situación y tener que combatir a un enemigo invisible... hace que la ansiedad y el miedo se apodere de nosotros. Y es que cada vez son más las personas que acuden a terapia con una fuerte sensación de indefensión y descontrol sobre sus vidas.
Mi primera recomendación siempre es la de centrarse en las cosas que sí dependen de mí e intentar soltar el control sobre las que no puedo hacer nada. Es hora de centrar tus esfuerzos en lo que puedes controlar como son tus pensamientos, sentimientos y conductas.
La segunda sugerencia importante tiene que ver con fomentar los vínculos. Y es cada día nos sentimos más solos, aislados, literalmente, estamos en burbujas. Sin embargo, contamos con la tecnología de nuestro lado, las videollamadas pueden ser la oportunidad de hablar y compartir inquietudes con las personas que queremos y no convivimos.
Y el tercer consejo, es buscar objetivos e ilusiones a corto plazo en los que podamos proyectar nuestra energía y enfocarnos ahora. Practicar un nuevo deporte, ponernos en forma, tocar un instrumento musical, etc. una actividad que te estimule y te exija un mínimo de atención para centrarte en el presente.