martes, 2 de febrero de 2021

martes, 2 de febrero de 2021

Dolor

El rincón del optimista
Juan

El dolor es inevitable, el dolor desgarra, como el arado hace el surco en la tierra, un surco que debe de abrirse para depositar la semilla, volverlo a cerrar y que pueda germinar, dar vida, con ayuda del agua. El sufrimiento es como el carámbano que agarramos con las manos y nos atraviesa su frío helador. El alma se parte en dos, creemos que jamás podremos recomponer el corazón. Ningún dolor es justo, pero es escuela, nos enseña y hasta nos une. Maldecimos la desgracia cuando llega preguntándonos por qué nos ha tenido que tocar a nosotros, pobres desdichados. Ciertamente, el dolor es irremediable, tanto como el mismo bienestar.

Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar… Siempre flotando sobre una superficie inestable, a merced de la corriente, sin saber muy bien si podrás parar en la orilla a descansar hasta llegar al fin a ese océano gigante, inmenso, doloroso. Llega el rayo para atravesar el cuerpo. No avisa. No estás preparado aún, porque nunca estás preparado del todo. Rompe toda sensibilidad para dejar sólo dolor, dolor, dolor.

Este juego de los Dioses es caprichoso. El hombre es marioneta que juega en este mundo en busca de la felicidad, pero se tropieza una y mil veces. Cae y se levanta, hasta que se rinde y no se levanta más. Es el trance de la dolorosa muerte, por la que todos vamos a pasar. Ese agujero estrecho que se ensanchará de un segundo para el siguiente.

Y el optimista sólo se puede aferrar a esas frases manidas, pero que son tan ciertas como el aire que respiramos:

-“El tiempo todo lo cura”.

-“Nos queda su ejemplo, su legado”.

-“Estamos aquí para lo que necesites”.

-“Él es ahora un Ángel maravilloso que siempre estará cuidando de ti y de tu familia”.

-“Su luz permanecerá eternamente, igual que su recuerdo”.

-“Fuerza para tus días y consuelo para tus lágrimas”.

-“Cuando los que amamos parten, pasan de vivir entre nosotros para vivir en nosotros”.

Asín sea

(*) Este apunte está dedicado a mi padre Teyo que falleció el 19 de enero de 2021 a la edad de 88 años. No definiré aquí la figura de mi amado padre, sólo diré que si me hubieran dado a escoger padre le hubiera elegido a él mil y un millón de veces. Papá, un beso a mamá, da recuerdos por el Cielo y… ‘Adiós, hasta luego’.