martes, 1 de diciembre de 2020

martes, 1 de diciembre de 2020

Sin hogar

El rincón del optimista
Juan

Si la sociedad entera se ve arrastrada por la pandemia, la población más vulnerable empieza desde el minuto uno a acusar aún más el impacto. Así lo expresa Susana Royo, portavoz del Programa de Atención a Personas Sin Hogar de Cruz Roja, la situación de las miles de personas que se encuentran actualmente sin un techo bajo el que cobijarse y, ahora, expuestas al doble filo de la pandemia y del frío.

Según indica Royo, “al inicio de la pandemia, estas personas se encontraban desorientadas, no entendían la situación que estábamos viviendo, todo estaba cerrado, algunos recursos o alojamientos tenían aforos limitados o incluso habían cerrado; eso les generaba una sensación de incertidumbre y de inseguridad sobre su propia supervivencia en las calles”.

Por estos motivos, tras la declaración del Estado de Alarma, Cruz Roja habilitó inmediatamente albergues provisionales en 110 localidades, gestionó recursos de alojamiento adaptándolos a las nuevas necesidades y reforzó y dotó de más recursos a las Unidades de Emergencia Social y distintos dispositivos de atención. En total, durante este año, la organización humanitaria ha atendido a 16.500 personas sin hogar, gracias al papel fundamental de más de 2.500 personas voluntarias.

Ahora, la bajada de las temperaturas y la lluvia vienen a agravar considerablemente la situación en la que viven las personas sin hogar. Esto ha llevado a Cruz Roja a reforzar los dispositivos de Atención a Personas sin Hogar con los que cuenta en 36 provincias y 16 Comunidades Autónomas.

Estos dispositivos incluyen a las Unidades de Emergencia Social –UES- (en total, 59 unidades de calle, en 32 provincias), Alojamientos, Centros de Estancia y el Servicio de Acogida y Acompañamiento Social (Atención en oficinas de Cruz Roja y otros puntos fijos de atención).

La situación del ‘sinhogarismo’ es la expresión más grave de la exclusión residencial en la que puede encontrarse una persona. A través de este Programa de Atención a Personas Sin Hogar, Cruz Roja trata de detectar estas situaciones y dar atención directa e inmediata a las personas que están en situación de calle.

Las UES, actualmente desplegadas en 32 provincias, están conformadas por equipos que integran distintas disciplinas como el trabajo social, la asistencia sanitaria, la psicología, etc. Una parte muy importante de ellos la componen personas voluntarias, más de 2.000 en la actualidad. La clave es ofrecer a las personas sin hogar un servicio de proximidad que garantice una respuesta rápida ‘in situ’, frente a situaciones de emergencia social, actuando como puente entre la calle y la red de atención.

Café, comida, abrigo, materiales de aseo e higiene, atención sanitaria y escucha, mucha escucha. Estas son pautas que siguen los integrantes de las Unidades de Emergencia Social en sus labores de apoyo a las personas que viven en la calle, en número creciente.

Y ésto lo estamos leyendo desde nuestra casa con nuestro ordenador o tablet, o en la calle desde nuestro teléfono móvil, pero con la seguridad de que hoy dormiremos bajo un techo que nos cobije. Ayudemos a los que menos tienen y que nunca tengamos que dormir al raso, sino es de forma voluntaria en una excursión en el campo.

Asín sea.

PD: En la foto aparece la escultura realizada en hierro por mi cuñado, el artista Javier Robles, una escultura titulada precisamente ‘Sin techo’ muy del estilo de ‘Roblex’ que permanece expuesta en la Fundación Merayo en el antiguo seminario de Santibáñez del Porma.