Testimonios de voluntarios
Marta
“Somos humanos”. Suelo decir y decirme muchas veces.
“¡Ya, eso lo sabemos todos!” Suele ser la respuesta que recibo.
¿De verdad? ¿De verdad todos somos conscientes de lo que las palabras “somos humanos” significan? Imagino que, en esta ocasión como en todas, cada uno tenemos nuestra propia interpretación y nuestra propia versión mental de “somos humanos”. No creo que haya versiones buenas y malas, sólo distintas.
Cada uno vivimos la realidad de forma diferente, por lo tanto, aunque la realidad sea una, las interpretaciones que se hacen de ella son tantas como personas. Así que voy a aprovechar este blog para contar que es para mí “somos humanos”.
Para mi esas dos palabras definen de que pasta estoy hecha. Me ayudan a entender como me comporto, lo que me lleva a comprenderme y aceptarme.
Siento que ser humanos lleva implícito la capacidad de equivocarnos. Creo que tenemos la capacidad de equivocarnos ilimitadamente. Me gustaría que solo nos pudiéramos equivocar una o dos veces, ¡noooooo!, tenemos la capacidad de equivocarnos sin límite. Como dice el refrán: “podemos tropezar más de una vez en la misma piedra”. Esta capacidad de equivocarnos lleva incluida la capacidad de aprender.
Este doble planteamiento de la capacidad de equivocarnos y aprender, me lleva a vernos como seres ambivalentes. Opino que los humanos podemos tener comportamientos increíblemente buenos para nosotros y nuestros congéneres como el altruismo o la amistad y comportamientos dañinos como el asesinato o la envidia. Esta ambivalencia me ayuda a comprender, algo tan increíble, como que los humanos somos capaces de crear campos de concentración y ONG en el mismo espacio y tiempo.
También siento que por ser humanos somos limitados. Nuestro cuerpo es lo que es y tiene sus propias necesidades tanto físicas como psicológicas. No conocerlas o no aceptarlas, nos lleva a autoexigirnos por encima de nuestras posibilidades y a buscar la perfección. En mi mundo, la perfección no existe. “Ser humanos” para mi es incompatible con la perfección, aunque no lo es con el esfuerzo, la perseverancia y la superación personal.
Por último creo que en nuestra naturaleza está el ser amor, paz y sosiego. Lo pienso porque lo siento. ¡Que difícil de explicar! Cuando lo experimentas sabes que ese es tu estado natural, que, en el amor, la paz y el sosiego no hay contradicciones, ni incomodidades, porque cuando tienes la suerte de conectar con tu ser interior y más profundo, todo lo que percibes es amor, paz y sosiego.
En resumen, creo que TODOS SOMOS HUMANOS por ello: somos amor, paz y sosiego; tenemos la capacidad de equivocarnos/aprender; somos limitados y; somos ambivalentes.
Aceptarlo me hace sentirme bien conmigo y contigo.