Marta
El pasado día 9 de septiembre y con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Prevención del suicidio, vino a León el Vicepresidente Nacional Jose M.ª Jiménez y tuvimos el gusto de escucharle durante una hora larga consideraciones sobre el voluntariado.
Me resuenan la cantidad de historias y la claridad y sencillez de sus palabras, entre ellas una frase:
“Es mejor encender una cerilla, tan sólo una, que maldecir siempre las tinieblas y es que, entre todos podemos hacer mucho”.
Nos aclaró la diferencia de nuestro voluntariado en comparación con otros más Asistencialistas (que cubren una carencia haciendo o dando algo que otro no puede hacer). Nuestra ayuda es de Crecimiento y Desarrollo, no actuando por otras personas sino acompañándolas para favorecer sus capacidades, creyendo en ellas.
Habló del trabajo en equipo, es importante la fidelidad a los turnos, a los horarios y primando siempre la calidad a la cantidad. Para esto es necesaria una estructura, ya que cuando en un centro hay desmotivación y no hay compromiso, eso se contagia. Por eso es necesario formar equipo, no francotiradores.
Nos invitó a preguntarnos qué nos mueve como voluntarios. Honradez y coherencia van a ayudarnos a atender con amabilidad (no con paternalismo, que crea dependencia) y situarnos con distancia terapéutica, aplicando a la vez un profundo afecto, siendo tierno y cariñoso. Las dos cosas: cariño a la vez que distancia de su universo para iluminarlo.
También como voluntarios, darle mucha importancia a la formación. Tener conciencia de nuestra propia incompetencia sin miedo a que nos evalúen, sin resistencias. Ser un voluntariado de calidad.
Y recuerdo especialmente una anécdota que nos contó de la Madre Teresa de Calcuta, alguien le reprochó al volcarse en dar de comer a los pobres, diciendo: “Mejor sería darles una caña y enseñarles a pescar” a lo que ella contestó: “Ya, pero en lo que preparan la caña, que no se nos mueran.”
Darle las gracias a Chema desde aquí e invitarle de nuevo.