Todo lo que das, te vuelve
Inma
En mis artículos intento transmitir optimismo y la idea de que con constancia, ilusión y empeño podemos conseguir nuestros objetivos.
Tengo problemas como todo el mundo pero nunca he sido partidaria de quejarme, victimizarme o borrarme del mapa, vivir es un regalo.
Suelo escribir en primera persona porque no veo mejor forma de llegar a vosotr@s que desde mí, no quiero aburrir con mis batallas, me conformaría con que una sola persona de un paso para salir de donde no quiere estar.
Dos años separan las dos fotos que acompañan el texto, en la segunda caminando por mi misma, en la primera con el carro de la compra para ayudarme a mantener el equilibrio y compensar la falta de fuerza y movilidad, era más fácil quedarse en casa pero una cosa tenía, tengo y tendré clara, rendirse no entra en mis planes.
Es fácil imaginar que en la segunda foto era más feliz pero no del todo, una vocecilla interior me decía: esto está muy bien pero correr tiene que ser otro nivel…
Y así pasamos la vida, sin apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos y buscando nuevas fórmulas hacia la felicidad sin darnos cuenta muchas veces de que la tenemos en la mano, seguramente sea el impulso que nos hace superarnos pero de vez en cuando es reconfortante parar y valorar los logros, felicitarse y seguir disfrutando del camino, eso sí, con la mirada puesta en nuevas metas.