Ángel
Cada mes los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, tenemos una reunión dedicada a la formación, información y también para compartir un rato de nuestra vida en esa segunda casa, que es nuestra sede.
Normalmente no suelen ser reseñables en nuestro blog, pero la que tuvo lugar el pasado día 19, fue especial y por eso queremos plasmarla.
El alma del voluntario pasa por la entrega de un tiempo, un esfuerzo, una dedicación siempre desde el anonimato y el innecesario reconocimiento a su labor.
Dice el refrán “de bien nacidos es ser agradecidos”, y no puedo por menos que sumarme a la felicitación y reconocimiento que desde nuestra ONG se ha hecho a aquellos voluntarios que llevan más de 10 años prestando desinteresadamente parte de su vida al Teléfono de la Esperanza.
Todo esto se plasmó en un acto sencillo y cercano de imposición de insignias con nuestro emblema a Raquel, Maite, Aurita, Jose Luis, Tiquio, Puri, Jose Maria, Mercedes, Julia, Sagrario y Ana.
En vuestras posteriores palabras todos coincidisteis en lo muy agradecidos que estabais a lo que el Teléfono de la Esperanza os había dado, pero entended que somos nosotros, vuestros compañeros quienes queremos dejar constancia de que gracias a vuestro esfuerzo, dedicación y entrega, podemos hablar del lujo tener una sede del Teléfono de la Esperanza en León.
Esperamos contar con vosotros muchas décadas más y seguir aprendiendo de vuestro ejemplo.