domingo, 29 de septiembre de 2019

domingo, 29 de septiembre de 2019

"Más fuerte que el odio" de Tim Guenard

Todo lo que das, te vuelve
Inma
No sé si será un libro de un gran valor literario pero engancha, directo, con frases cortas, sigues el argumento fácilmente, desde la primera página conectas con cada emoción de un niño abandonado por su madre y maltratado por su padre, no puedes parar de leer, quieres más, saber cómo sigue, pensar que aún hay una esperanza cuando parece que ya nada puede ir peor.
Fiel a mi idea  de sacar algo bueno de lo malo os dejo uno de mis fragmentos preferidos, la escena transcurre en el hospital donde Tim pasará tres años ingresado por los golpes recibidos por su progenitor, en ese tiempo no recibe ninguna visita, los médicos le decían que no volvería a andar y le llamaban loco por su exceso de voluntad.
Tengo 5 años. Silencio. Hospital. Un día el chico que estaba justo a mi lado, un chaval al que llamaban Tony, recibe varios regalos por su cumpleaños. Pongo en marcha mi cámara invisible para no perderme nada de su excitación. Precipitadamente, deshace los envoltorios que caen al suelo. Uno de esos papeles resbala hasta mi cama. Me hago con él distraídamente y lo escondo en mi pijama. Me convierto en ladrón de papel de regalo.
Al caer la noche, me descuelgo fuera de la cama. Repto silenciosamente por el suelo. Al llegar al pasillo, me agarro al pasamanos situado a lo largo del muro. Avanzo como un alcohólico, titubeando. Una vez al final de la barandilla me desplomo.
Me arrastro como una babosa hasta los váteres y me encierro a cal y canto. Allí por fin, saco el papel que llevaba disimulado bajo la chaqueta del pijama y lo contemplo con libertad: es más hermoso que el cielo estrellado, rojo y dorado, sembrado con dibujos de trenes de alegres duendes y de lentejuelas. Brillan con unos reflejos mágicos que hacen soñar a los niños sin Navidad ni regalos. Para admirarlo en secreto, todos los días me obligo a salir de la cama, a serpentear hasta la barandilla del pasillo, a ponerme de pie y a avanzar una pierna después de la otra"
¿Creéis que consiguió andar? ¡¡¡Por supuesto que sí!!!
La actitud multiplica, no lo olvidéis.