miércoles, 12 de junio de 2024

miércoles, 12 de junio de 2024

Padre y madre

Yo y mi circunstancia
Juan

Mi padre me enseñó a trabajar, a madrugar sin quejarme, a ser constante, paciente y disciplinado, a respetar a los demás… De mi padre heredé su parecido en el cuerpo y, más importante, y en la forma de ser. Un día le pregunté a mi padre: “¿Qué te gustaría que dijeran de ti cuando ya hayas muerto?” Respuesta: “Que fui una buena persona”. Esa era su meta, hasta el final, no hacer daño a nadie, hacer siempre el bien al próximo, echar una mano al familiar, al vecino, al amigo.

También heredé de mi padre la afición por la caza y por los fieles perros, pero no la caza del carnicero, sino esa que respeta las especies y las vedas. También se me pegó de él el gusto por la viña, el vino, la bodega y la cuadrilla, verdadera cultura rural entroncada con nuestros antepasados. Mi papá me enseñó a jugar a las cartas y al dominó. También me enseño muchos refranes que no he olvidado. El amor por la familia y por mi pueblo, son sentimientos legados por mi progenitor. Gracias, papá.

Mi madre me enseñó a sonreír y a reír a carcajadas, a dar mis primeros pasos, a comer solo, a vestirme, a calzarme, a asearme y a rezar cada noche, también cuando visitaba la casa aquella bella e inolvidable imagen de la Sagrada Familia. El primer huevo lo freí bajo su tutela y supervisión, eso sí, subido a un ladrillo porque no alcanzaba a la cocina de gas. Las primeras letras las escribí con su mano guiando la mía. Antes de ir a la escuela ya me había enseñado a leer mi madre. Mi afición por leer, por escribir, por crear, por imaginar y por soñar despierto tienen claramente firma materna.

Mi madre me enseño que memorizar las fechas de los cumpleaños de quienes te rodean no es nada complicado y que, si les felicitas pronto por la mañana, como ella hacía, ya no corres el riesgo de que se te olvide. Hoy, 12 de junio, ella me felicitaba siempre porque es la festividad de San Juan de Sahagún, cercano por domicilio, aunque también me felicitaba el día de San Juan evangelista, San Juan Bosco y todos los sanjuanes que aparecían en el taco del Sagrado Corazón de Jesús. Gracias, mamá.

Me considero un privilegiado por haber aprendido tanto de mis padres, por haber sido un hijo tan amado. Pero ahora siento que tengo una gran suerte contar con dos ángeles en el cielo que me siguen enseñando, protegiendo y guiando en el complicado y a la vez maravilloso mundo de los vivos.

Asín sea.