domingo, 28 de abril de 2024

domingo, 28 de abril de 2024

curso de dinamizadores (II)

Testimonios de voluntarios
Inma

CURSO DE DINAMIZADORES 

 

Parece que fue ayer cuando llegamos al TE, a algunos nos tenían que abrochar el babi y los cordones de las zapatillas, en mi caso se encargó de hacerlo Cinthia y su luz.

Nos sentábamos en círculo, eso se ha seguido manteniendo a lo largo de los cursos, pero en aquellos primeros días cuando faltaba el aire, ese círculo parecía un agujero negro por el que deseabas desaparecer.

En la mesa siempre había una caja de pañuelos para un hipotético “por si acaso”, que al final era “casi siempre”.

Con el paso de las clases hicimos los primeros amigos, y el final de curso se celebraba con una excursión a la cocina, entre aperitivos, dulces varios y brindis “por nosotros”, unos desconocidos con más cosas en común de las que se preveía.

Nos matriculamos en más asignaturas. Está claro que la Inteligencia Emocional siempre superará a la Inteligencia Artificial, por eso Piedad tenía para todos los problemas, cafés.

Pensando bien nos sentimos mucho mejor, gracias a los “para qué” de Mercedes y a los abrazos de Maite, que son casa.

La vida son momentos, o eso nos enseña Carmen anclándonos una y otra vez al instante presente a través de la respiración. Es urgente salir del piloto automático y alcanzar la atención plena, eso sí, con mucha compasión con nosotros mismos.

La vida siguió. Tras muchas lecciones, caídas y deberes para casa, llegaron los intensivos.

Y hasta tuvimos un viaje de fin de ciclo a Salamanca. Sin duda en su Plaza Mayor se asimilaban los conceptos con mucha más claridad.

Con Juan llegaron los mandatos, los motivos para vivir, el cambio sin cambio, y que el perdón es para uno mismo y los límites para cuando sean necesarios.

Mientras íbamos al encuentro nos encontramos con padres con poco niño y nada de adulto, niños rebeldes y adultos ausentes y todos, dentro de la misma persona. Análisis transaccional lo llaman.

Por otro lado, había persecuciones, unos salvando a otros que no querían ser salvados y las víctimas quejándose. Netflix en estado puro. La solución, volver al niño natural, hemos venido a jugar, a jugar y a mover el culo.

Con tanto lío nos pilló hasta una pandemia.

Y ahora, más mayores, más sabios y con la misma ilusión terminamos el último curso bajo la mirada entusiasta de Marieli, que nos veía como un regalo, sin saber que, gracias a su buen hacer, las semanas empezaban en martes y sus enseñanzas quedarán en nosotros hasta el infinito.

Ya sabemos que los pañuelos consuelan, que los círculos acogen y el café cambia la perspectiva de los problemas. Sabemos que nos conectan hilos verdes, y que esto no va de que sólo puede quedar uno, si no de que seamos todos para uno.

Con la esperanza alerta por si hay algún babi o algún cordón desabrochado y doctorados en escucha, acogida, no juzgar y validar emociones, emprendemos un nuevo viaje por este presente continuo que llamamos Vida.