domingo, 13 de febrero de 2022

domingo, 13 de febrero de 2022

¿Apariencia o realidad?

Todo lo que das, te vuelve
Inma

El desayuno es unos de mis momentos preferidos del día. En compañía del silencio, practico cada mañana el arte de fundir mis manos con una taza de café muy caliente y unas tostadas.

La falta de conexiones neuronales a esa hora me facilita crear un perfecto instante presente.

En pleno ritual unas letras tan grandes como para llamar mi atención resaltan en una bolsa de regalices situada sobre la mesa. Me sorprende tanto la frase que parece, que baila ante mis ojos: ¡con zumo de fruta!

La curiosidad me lleva a dar la vuelta al paquete, necesito más información, información es poder. Y leo.

Ingredientes: azúcar,jarabe de glucosa y fructosa, harina de TRIGO (GLUTEN), agua, acidulante (E330), pectina, 2% zumo de fruta mixto a partir de concentrado, aroma, emulgente (E471), conservante (E202), regulador acidez (E331), colorantes (E120), concentrado frutas y verduras: boniato, manzana, rábano, cereza. Agentes recubrimiento (E901, E904)

Después de leerlo y por el tamaño de la letra, deduzco que la única población que corre algún riesgo serio consumiendo este producto es la celiaca. Por otro lado, me alegra saber que contiene verduras, todo un detalle. Confirmo que mi vocabulario sigue siendo pobre, ya que desconozco el significado de muchas palabras.

Además me quedo con la sensación de que o nos mienten o no nos dicen la verdad, que es parecido.

De ahí salto a una analogía con nuestras relaciones personales y me planteo si podríamos evitar muchas de las situaciones que nos ocurren, si leyéramos más allá de lo que los demás nos muestran. Puede que lo real sea ese dos por ciento, como el zumo de fruta. Dudo si decimos la verdad como norma general o la disfrazamos de reguladores de acidez para que los demás se la traguen mejor.

¿Nos creemos lo que queremos escuchar aún sabiendo que está repleto de colorantes y agentes de recubrimiento? ¿Por qué perdemos tanta energía con personas que les importamos un rábano y no son sanas, por mucha verdura que lleven? ¿Por qué a veces nos gusta vivir en una ignorancia endulzada  con jarabe de glucosa?

Con tanta pregunta empieza a enfriarse el café. Es posible que sólo nos sinceremos cuando nos vaya la vida en ello, como a los celíacos. Un eco lejano mezclado con el crujir de la tostada, musita que bastante poco nos pasa.