domingo, 28 de noviembre de 2021

domingo, 28 de noviembre de 2021

Zona de confort

Todo lo que das, te vuelve
Inma

Se habla mucho de la zona de confort que es esa zona en la que nunca pasa nada, menos confort hay de todo. Podría llamarse la zona de la marmota.

María, durante mucho tiempo vivió, mejor dicho sobrevivió en ella. Eso tenía ventajas; no se ponía nerviosa, no tenía que correr ningún riesgo, cero estrés. Pero como la alegría en casa del pobre dura poco, enseguida empezaba a sentirme mal y a pensar que esa vida no merecía la alegría y que seguramente no estaba en este mundo para aportar tan poco. 

Un buen día abrió la ventana por aquello de ventilar y le gustó la brisa que se coló. Era fresca, con olor a limpio y pensó que porqué no se podía permitir respirar ese aire puro más a menudo. Intentó salir pero su mente que ya se había acomodado en el sofá empezó a divisar peligros inminentes que amenazaban su seguridad y le decía: ¡no puedes! Y para que no quedara ninguna duda aparecía la debilidad, la rigidez, el dolor de estómago, las taquicardias, los sudores fríos. 

Tanto tiempo malviviendo dejaron huella y ahora cada vez que María tiene que hacer algo nuevo como  viajar o asistir a un evento, se bloquea. No sabe por dónde empezar y no empieza por ningún lado. Entonces el tiempo se echa encima, se pone nerviosa, su mente le dice que no puede y entra de nuevo en la eterna espiral de la profecía autocumplida. 

Cuando consideró que había llegado a una saturación de sufrimiento, empezó a darle vueltas a cuál sería el paso más pequeño que se atrevía a dar. Empezó por escribir lo que haría de forma previa a la situación que le atemorizaba. Si quería ir a la presentación de un libro anotaba el sitio, visualizaba la  distribución de la sala y pensaba dónde se sentiría más cómoda sentada, la ropa que se pondría, el trayecto a recorrer, posibles personas que se encontraría allí y sobre qué podía conversar con ellas. Viéndolo escrito le parecía menos inaccesible. 

Se había perdido tantas cosas por esa vocecita que decía “¡no puedes!, ¡no puedes!” que mientras escribía  pensaba...  ¿Qué no puedo...?

Mira cómo lo hago.