domingo, 31 de octubre de 2021

domingo, 31 de octubre de 2021

Entre flores y plegarias

Todo lo que das, te vuelve
Inma

Dieciocho meses desde que no me llamas por teléfono mamá. A punto de olvidar tu voz, no me equivoqué en nada. La vida ha seguido sin ti. Al principio no me lo podía creer, a la tristeza se le unió la rabia y me invadió la desagradable sensación de hacerlo todo sin ganas. 

Pasaron algunos días hasta que volví a reír, no me acuerdo porqué lo hice, lo que sí recuerdo es que me sentí mal, no entendía qué hacía riéndome si tú no estabas para contártelo a las ocho. 

Por aquí seguimos con la mascarilla, pienso en ti y sé que lo llevarías fatal, además ha empezado a refrescar y nos han vuelto a cambiar la hora.

Hemos celebrado la fiesta, algunos triunfos cotidianos, los cumpleaños sin velas, que ahora no se pueden soplar no vaya a ser que los deseos se vayan volando y no vamos sobrados de motivos para ir tirando. 

En cada recuerdo te vuelvo a pasar por el corazón, de ahí sí que no te marchas y tu vela nos ilumina más que nunca. 

Y te rezo y te hablo; y te pido y te lloro, a veces sin consuelo porque es que ya todo sucede  contigo, pero sin ti.. 

De tanto imaginarte y pensarte una noche te soñé; la vida pesaba un poco más de la cuenta, me dormí llorando, echaba de menos tantas cosas, pero sobre todo a ti. 

Yo estaba en la cocina y entraste; no apareciste con alas, ni brillando encima de una nube, tú no eras así. Llevabas la típica bata de flores de todos los colores, era nueva; creo que estás renovando el vestuario. 

No me hablabas, me mirabas con mucha ternura y una sonrisa; yo no podía parar de llorar, quería abrazarte pero sabía que era un sueño, no quería que te esfumases; al final me levanté, merecía la pena intentarlo y tu imagen no se escurrió entre mis brazos como temía, pude sentirte, no podía despegarme. 

Cuando desperté estaba muy tranquila y todo siguió , aunque, ya sabes, siguió contigo pero sin ti. 

No entiendo mucho de estas cosas, llegué a la conclusión de que sólo recordando a las personas que hemos perdido con cariño las podemos traer de vuelta aunque sea en sueños, aunque sea solo un instante; no entiendo mucho  pero estoy segura que ningún sufrimiento, ni ninguna lágrima nos  devolverá nada ni a nadie. 

Entiendo poco de la vida y menos de la muerte, sólo sé que la primera pasa volando y somos responsables de ella; la segunda no es opcional y desconocemos su fecha; son continuidad una de la otra, no tiene sentido luchar contra lo inevitable. 

Por tanto no hay tiempo que perder, sólo tiempo que aprovechar. Sacúdete, mira al frente, honra a los que no están viviendo por ellos. Disfruta de los que están, no te dejes nada por decir, porque todos algún día nos convertiremos en recuerdos y en  sueños que otros soñarán.

"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo   que la hizo tan importante"

(El principito)