El camino del cambio es un camino lleno de curvas, subidas y bajadas pronunciadas, baches e incluso retrocesos que nos hacen sentir como que volvemos de vez en cuando al punto de salida…. A pesar de todos estos inconvenientes, el viaje, merece la pena.
A mí me ayuda a realizar el viaje visualizar el proceso del cambio en tres etapas:
- Toma de conciencia
- Comprensión + Aceptación
- Reestructuración
La TOMA DE CONCIENCIA es ese momento en el que nos damos cuenta de que no podemos seguir más tiempo con unos zapatos que nos hacen daño. Que ya los hemos aguantado demasiado tiempo y que ya no podemos seguir así. Pueden ser momentos de crisis profundas (rupturas sentimentales, crisis existenciales, grandes pérdidas,..) o momentos de “darnos cuenta”, de insights internos (que poco me río, como me ahogo desde que fumo,…) en los que nos decimos: “¡hasta aquí he llegado y no quiero seguir así!.
La segunda etapa es una etapa doble. Empieza con la COMPRESIÓN, momento en el que desde la humildad y la reflexión buscamos respuestas. ¿Qué me ha hecho llegar a este punto?, ¿Qué función tiene lo que he vivido?. ¿Qué me ha hecho mantener esta circunstancia tanto tiempo?, ¿Qué me enseña y qué puedo aprender de esta experiencia vivida?, ¿Por qué he caminado tanto tiempo con unos zapatos que me hacen daño?
Una vez obtenidas estas respuestas el camino discurre por la ACEPTACIÓN. Esto implica reconocer nuestros errores y los de los demás como parte fundamental de la vida y del proceso del cambio, agradecer, desde el amor, todo lo que nos han aportado y así, libres de culpas, ira o resentimientos, poder pasar ligeros y llenos de energía a la siguiente etapa: La reestructuración.
La REESTRUCTURACIÓN es el punto del camino en el que nos quitamos los zapatos que nos hacían daño y elegimos como vamos a hacer el camino a partir de ahora. Aquí empieza la experimentación, buscar nuevas maneras de gestionar las situaciones, descubrir que es lo que me funciona y qué no. Las recaídas son lo normal de este periodo, parece que nos devuelven a la primera etapa del proceso y que volvemos a empezar en el mismo sitio, ¡no es verdad! pues nos pillan más experimentados y con más aprendizajes en nuestra mochila.
El camino del cambio unas veces es cuesta arriba y otras cuesta abajo, se puede hacer solo o en compañía, en inverno o en verano, lo único seguro es que no termina nunca, pues es intrínseco a la vida.
Nos vemos en el camino.