Hay muchas formas de concebir la vida. Según Ortega y Gasset la vida es un drama porque constituye una lucha frenética para conseguir ser el que somos en proyecto.
La competitividad y el orden jerárquico establecido acaban convirtiendo al ser humano en un esbirro del dinero, el éxito o el poder.
Todos tenemos una historia plagada de cicatrices y nada une tanto como la desgracia. Pero yo creo que el mejor modo de convivir con el pasado es no juzgarlo.
Nadie puede elegir los acontecimientos de su vida, pero cada uno decidimos lo que hacemos con lo que nos sucede.
Tal vez es el humor el antídoto al sufrimiento. Vivir, diría el poeta, es encontrar en el infierno de cada instante la huella del paraíso perdido y padecer, desde el paraíso, el infierno de la temporalidad instantánea.