viernes, 15 de enero de 2021

viernes, 15 de enero de 2021

Ayer soñé

El rincón del optimista
Juan

No pretendo emular a Martin Luther King, ni loco, pero ayer soñé que todo el mundo iba por la calle sin mascarilla, que nos podíamos abrazar y besar, que nos juntábamos a charlar en los bares, que quedábamos a comer y cenar en los restaurantes, a tomar una caña en la barra de esos benditos bares, esos lugares tan gratos para conversar como dice la canción, que nadie nos medía el distanciamiento, que nos podíamos tocar, que no nos aplicaban el toque de queda, que no existía eso que llaman cierre perimetral, ni el riesgo de contagio de un virus extraño, que la televisión no asustaba con cifras astronómicas de muertos en hospitales y residencias, que nadie sabía qué era eso del coronavirus, ni el covid-19, ni el SARS-CoV-2, que los científicos seguían investigando el remedio contra el cáncer en sus múltiples variedades, que las vacunas comunes seguían siendo las del sarampión, el papiloma, la varicela o la gripe, que las UCIs servían para intentar sanar a los enfermos graves necesitaran o no de respiradores, que las personas seguían trabajando en su fábrica, oficina o taller sin necesitar hacerlo desde casa sin poder desconectar, que la policía seguía persiguiendo a los malos en vez de a los buenos, que el gel hidroalcohólico sólo se lo aplicaban los médicos y enfermeras antes de entrar al quirófano, que la gente planificaba sus vacaciones sin que nadie les dijera que no estaba permitido viajar, que una PCR podía ser simplemente una Prueba Creada para Radiar, que la gente rica no se hacía más rica ni la pobre era más pobre…

Cuando desperté tuve la real conciencia de que todo había sido un sueño, pero llegué a la conclusión de que ese mal sueño pasará y que volveremos a una realidad plena de serenidad, naturalidad, calma y orden. Porque ya lo dijo el poeta, los sueños, sueños son.