viernes, 1 de enero de 2021

viernes, 1 de enero de 2021

‘Annus horribilis’

El rincón del optimista
Juan

El 1 de enero de 2020 publicaba en este mismo blog un apunte donde te invitaba, recién estrenado el año, a la siguiente reflexión: “Puedes sentir algo de pena porque se acaben estos 12 meses, pero también es posible que estuvieras esperando que acabaran porque se haya producido alguna ‘desgracia’ en su trascurso. Entonces le bautizarás como ‘Annus horribilis’”. Menudo visionario estoy hecho. Y es que estarás pensando que a este 2020 no hay por dónde cogerlo, pues con todo lo que ha llevado parejo la pandemia de coronavirus a nivel mundial, con restricciones de movimiento, obligatoriedad de llevar la mascarilla, riesgo de contagios, enfermedad, muertes… En fin.

Si te digo la verdad, lo que peor llevo es eso de no poder besar y abrazar a mis familiares y amigos, quitando lo más cercano que tengo en casa, pues a eso no he renunciado ni creo que deberíamos renunciar nadie por nuestro bien y por nuestra propia salud mental. Lo de chocar los codos me parece una pseudotontería que se han inventado los mandatarios doctores y políticos para evitar los contagios. De la gestión política de esta epidemia prefiero no opinar.

No quiero aparecer yo aquí como un negacionista de la pandemia, que no lo soy, pero soy muy escéptico con mucho de lo que sucede y con todo lo que se publica. Lo que sí quiero destacar hoy aquí es que no todo lo que ha sucedido en estos últimos 12 meses, 48 semanas, 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos y 31.536.000 segundos tiene que haber sido tan horrible, al menos a nivel particular. Yo mismo he recuperado una buena parte de la salud que había perdido en 2019 y también un destino en mi trabajo que llevaba ansiando desde hacía tres lustros. Además, no he perdido a nadie de mi familia y sólo he tenido que despedir a algún amigo muy cercano, pero al igual que seguramente hubiera perdido en cualquier otro año que no hubiera sido este maldito 2020.

Por eso y ante este año nuevo que ya tenemos aquí, estamos obligados a plantarle cara con esperanza y una buena dosis de ilusión, y no porque haya llegado una vacuna que nos haga pensar que será la solución a todos nuestros problemas, sino porque a poco que aporte cada uno en su caso particular, lo bueno ha de llegar seguro.

Esos deseos que has pedido con tu copa de cava o de sidra al final del 31 de diciembre llegarán redoblados para resarcirse de un año que ya quedará para la historia, aunque no para olvidar, por desgracia.

Y para que te quede buen sabor de boca, te dejo un meme de esos que circulan por internet de entre los muchos que han inventado esos grandes genios del humor que tenemos en este país:

Año 2035. Examen final del curso de Historia:

-¿Qué ha caído?

-Las fases de la desescalada de 2020 y las restricciones por comunidades autónomas.

-Joder. Van a pillar.

Ahora sí. Feliz año 2021. Seguiremos por aquí mientras la vida quiera.

Asín sea.