
Menudas Navidades nos esperan, es triste, pero es así. Sin celebraciones familiares, evitando los abrazos y suprimiendo las cenas de amigos, serán unas fiestas diferentes.
Otros años estaríamos ya pensando en la reunión familiar, en proyectos, regalos, adornos, pero este año un halo de tristeza nos envuelve.
No voy a negar que a mí también me ocurre, pero soy una persona lo suficientemente optimista para pensar que el dichoso virus no va a poder con mi espíritu navideño, serán especiales sí, pero serán NAVIDADES.
Las fiestas de la Constitución y la Inmaculada son el pistoletazo de inicio para adornar mi casa, poner el árbol y por supuesto un antiguo belén. Este año no va a ser diferente, en casa lo tenemos ya todo previsto y organizado.
Serán unos días donde no estarán mis familiares y amigos, donde los villancicos no sonarán a tantas voces, no habrá tanto ruido de papel de regalo roto con impaciencia y donde echare de menos el contacto físico con mi gente.
Pero esa falta y añoranza es lo que da valor a lo mucho que tengo y eso hay que celebrarlo.
Feliz Navidad a todos
Ahí lo dejo…