Ventanas al sol
Ana Cristina Pastrana

Como sujetos pensantes que somos no podemos afirmar que nuestras valoraciones son objetivas. El valor que le concedemos a las cosas, así como su significado depende de cada uno. En esta valoración cobran especial importancia los recuerdos, sentimientos, actuaciones y pensamientos que nos definen. En el caso de estos últimos, base de una mente sana, son los pilares de nuestra calidad de vida. Por consiguiente, nuestra fortaleza dependerá de un pensamiento exacto, realista y flexible.
Para que un pensamiento sea exacto hay que ser honesto con uno mismo y para que sea realista no hay que desestimar aquello que no queremos afrontar, lo que no nos gusta, porque si enmascaramos la realidad y nos engañamos, difícilmente podremos afrontarla.
Esperar que los otros resuelvan nuestros problemas o hacerles culpables de los mismos y de nuestras desgracias o defectos generará pensamientos y actitudes tóxicas. La flexibilidad en pensamiento y actuaciones y la capacidad de adaptación a las nuevas situaciones propiciarán una mente más responsable y feliz.