
Esta semana me ha costado tomar la decisión del tema del artículo, por un lado no quería hablar de coronavirus, pero pertenecer a esta asociación creo que me sitúa en un lugar privilegiado, cuento con herramientas para mantener la calma y salir fortalecida ganando en empatía, resiliencia, tolerancia a la frustración, paciencia, responsabilidad, creatividad, solidaridad.
Vivimos un momento paradójico, tenemos tiempo pero no con quién compartirlo, los que trabajan se quieren quedar en casa porque no se sienten seguros, los que no pueden salir se inventan razones para hacerlo, el amor físico es un arma, los abrazos son balas, los besos bombas de destrucción masiva, si nos cruzamos por la calle agachamos la cabeza y nos distanciamos, como en el juego de polis y cacos todos podemos ser el asesino.
Tenemos una misión y la única forma de recuperar nuestras vidas es quedarnos en casa, con buena actitud, manteniendo unas rutinas, haciendo un poco de ejercicio, leyendo, escuchando música, meditando, limpiando con moderación que se vuelve a ensuciar, podemos dedicar un rato a quejarnos también, unos cinco minutos todos los días a la misma hora, vamos a dejar de consumir información constantemente, hay muchos más temas de conversación, vamos a mandar mensajes a las personas que tengan más dificultades para llevar esta situación, sal al balcón a aplaudir, si ya no sabes ni porqué aplaudes aplaudete a ti mism@ que lo estás haciendo muy bien y por lo menos te da el aire.
Es vital no perder de vista nuestro objetivo, lo que nos gustaría hacer cuando todo esto pase, visualízalo, una cosa factible, no te vuelvas loc@ que luego se queda en nada.
Y es cierto que sabemos mucho pero las palabras sólo se convierten en realidad si pasamos a la acción con constancia y determinación y nos convertimos en un ejército más poderoso que el de los virus y rompemos su curva con nuestras armas y contagiamos a más gente que se una a nosotros, perderemos muchas batallas materiales pero ganaremos la guerra sobre nosotros mismos.