Todo lo que das, te vuelve
Inma
Una pregunta que nos ayuda bastante a saber si estamos en el camino correcto hacia nuestra paz y felicidad es ¿cómo me siento?
Para contestarla con más claridad está bien que aprendamos a diferenciar entre emociones, sentimientos y estados comprendiendo que su intensidad y duración varían de unos a otros.
Cuando nacemos tenemos seis emociones básicas que nos ayudan a sobrevivir, las emociones en sí no son ni buenas ni malas, si no adaptativas, son miedo, alegría, rabia, tristeza, asco y sorpresa. Son muy intensas y de corta duración, se calcula que duran entre noventa segundos y un minuto y medio.
Al cargar de significado la emoción a través de los pensamientos se transforman en sentimientos, hacemos que se mantenga viva la emoción, así aparece la culpa, la frustración, la vergüenza, la inferioridad...tienen menor intensidad y se prolongan más en el tiempo.
Los estados vienen a ser una cronificación de los sentimientos pero a diferencia de estos no tienen una causa concreta. Su intensidad es baja y se prolongan mucho en el tiempo.
Es bueno que seamos conscientes de cómo nos sentimos para poder hacer modificaciones y analizar qué queremos.
A través del cambio de pensamiento, control del lenguaje y la meditación podemos conseguir grandes resultados que nos ayuden a modular y si no es suficiente podemos pedir ayuda a un profesional.