Testimonios
Chari
En 2018, una muy buena amiga, me habló del Teléfono de la Esperanza y de sus talleres. Ella estaba asistiendo a uno y se disponía a marchar de fin de semana, a hacer otro taller.
Al regresar de ese fin de semana, era otra persona y en semanas posteriores, yo fui notando cómo evoluciona, como sonreía más, como definitivamente, era otra ¡qué maravilla! Había dejado atrás, sus miedos ¡yo también quería que eso me sucediese!
Pasaron los meses y no se me daban las condiciones para dar el paso, yo estaba inmersa en un proceso personal complicado y buscaba pretextos para no ir. Finamente, este verano me armé de valor y acudí a informarme, y por horario y temática, me cuadraba perfectamente el taller de Autoestima, allá que me apunté, ya había dado el paso, por fin. Confieso que llegó octubre, y el momento de comenzar el taller, y me daba pereza. Soy Directora en una multinacional, dirijo un equipo muy amplio y mi agenda echa fuego cada día, aparte de ser madre divorciada y tener una pequeña de 7 añitos, en fin, lo cierto es que esa habría sido una excusa perfecta, pero opté por fin y hacer hueco en la agenda, y ¡bendito el día en que lo hice!.
En este taller de Autoestima, he conocido personas maravillosas, me he sentido escuchada, querida y respetada. Hemos compartido experiencias que nos han enriquecido a todos y principalmente, hemos encarado nuestras situaciones personales, con valentía y ahora, con herramientas emocionales para saber gestionarlas ¡qué bueno!.
Lola, la coordinadora que ha gestionado nuestro grupo, una mujer maravillosa con un gran corazón y una mejor preparación. ¡Gracias por dedicarnos tu tiempo y todo tu cariño! Se nota que te gusta lo que haces y quizá por eso lo haces tan bien ¡Grande, Lola!.
En estos meses, sé que algún compañero se ha enriquecido emocionalmente, sé que alguno ha mejorado notablemente y sé que alguno ha descubierto que hay temitas que tratar más en profundidad y se ha puesto con ello.
Yo, por mi parte, creía que tenía una buena Autoestima, y así es, realmente tengo una Autoestima sana, pero he aprendido conceptos que no sabía ni que existía y he visto que en algunas cosas estaba confundida y esto me ha ayudado a mejorar.
He conseguido hablar de temas delicados, con total confianza y respeto, por parte del grupo, y al hacerlo, me he sentido liberada. Este ha sido el primero, pero ya estoy pensando en el siguiente, la salud emocional, es algo que debemos cuidar mucho, es el motor de nuestras vidas. Gracias al Teléfono de la Esperanza por cuidar de ella, gracias por existir.