miércoles, 15 de enero de 2020

miércoles, 15 de enero de 2020

Buena o mala suerte

El rincón del optimista
Juan
Cuando alguien te desea suerte deberías preguntarle si de la buena o de la mala, porque de los dos tipos hay. Si naciste en uno de los países desarrollados habrás tenido buena suerte; si eres de un país pobre la suerte te ha sido esquiva. Si en tu familia reina la salud, tienes buena suerte, pero si la enfermedad se ha instalado en algún miembro de los tuyos o en ti mismo, eso es que tienes mala suerte; si tienes trabajo y casa, date con un canto en los dientes porque eso es tener mucha suerte, ya que hay gente que carece de lo mínimo para vivir; cuando compras lotería te desean suerte sin saber que si te tocara una cantidad grande de dinero probablemente la suerte no sea buena del todo porque te cambiaría la vida radicalmente; tener un accidente de tráfico es mala suerte, pero salir ileso de él es tener muy buena suerte; si la suerte la vas a buscar a un o una vidente te hablará de un futuro sonriente para que pagues a gusto tu dinero, no vayas a salir encima con un mal de ojo.
Andamos buscando la buena suerte como sonámbulos sin saber que esa suerte la llevamos siempre encima sin darnos cuenta. El problema es que no sabemos conformarnos con la vida que llevamos: queremos mejores condiciones, más bienes, más dinero, más salud, más de todo. Suerte es el que llega a los 90 años con un cuerpo y una mente en buen estado, porque si el chasis o el ordenador de a bordo fallan, la verdad es que la suerte podríamos decir que es mala. Estás vivo y tienes la capacidad de amar, de ayudar… ¿acaso no es esa la mejor de las suertes?
Concluimos entonces que la suerte es relativa, que puede ser buena o mala como el yin y el yang, el bien y el mal, la dualidad de todo lo que sucede en la vida. Yo ya me encargo por mi parte cuando me despido de alguien de desearle buena suerte, no vaya a ser que…
Asín sea.