Todo lo que das, te vuelve
Inma
Comencé andando a gatas;dando trompiconesme flaqueaban las piernas.No podía mantenerlasen óptimas condiciones.En ellas ponía el miedode hacer camino yo sola,haciéndome responsabley terminar de extirparlea la sirena su cola.Muchas veces me caímuchas más me levanté.Mis piernas se hicieron fuertespara poder sostenermey caminar con mis pies.Mereció la pena el viajeque en su día comencé:Trabajar por despertarpara poder transmutarde la sirena a mujer.
He seleccionado este poema del libro El despertar de la sirena. Un viaje al fondo de ti mismo de María Guerrero basado en un sueño recurrente que ella misma tuvo, me siento totalmente identificada con él, seguro que cuando lo leáis también descubrís algo que encaja con vuestro momento actual.
El día que lo presentó en León cuando vi que era a 200 escasos metros de mi casa me propuse ir, me habían hablado maravillas de María y me pareció "una señal" tenerla tan cerca, era un reto.
Si llegar fue complicado bajar unos escalones de piedra, irregulares, sin barandilla (de accesibilidad podemos hablar otro día) y pensando que "todo" el mundo me miraba se convirtió en la gran prueba de fuego.
Empecé a escuchar y yo sentía que hablaba para mí. Todo lo que decía me resultaba familiar, ¡sii! ¡Yo también era una sirena en búsqueda de desprenderse de su cola! y hoy como María puedo decir que él viaje merece la pena porque si algo bueno tiene caer es sin duda volver a levantarse.