Yo creo que casi todas las personas sabemos cuándo se ha terminado nuestra historia de amor.
Lo complicado no es saberlo. Es tomar las decisiones adecuadas a partir de ese momento. Porque hay decisiones que duelen, incomodan, dan pereza.
No aceptamos la situación y sentimos que fracasamos. Y es cierto, se fracasa. Pero fracasar no es el fin, no es un drama. Es una realidad que debemos afrontar. Con su dolor, su incomodidad y por qué no, con sus nuevas oportunidades.
Como veo que la palabra fracaso genera controversia, que también está bien… lo explico. Para mí fracasar es algo natural, es el final de un proyecto que de inicio nos hubiera gustado que fuera para siempre. Porque solemos unirnos en pareja pensando que esa es la persona definitiva. Pero fracaso no es culpa, ni reproches.
Pero el proyecto que ahora ha terminado puede haber sido maravilloso, con hijos maravillosos e incluso con un final amable y respetuoso.
Creo que le tenemos miedo a la palabra fracaso. Los fracasos tienen grandes historias de aprendizaje detrás, dé resiliencia, de abrirnos a nuevas oportunidades.