miércoles, 24 de enero de 2024

miércoles, 24 de enero de 2024

Periodismo

Yo y mi circunstancia
Juan

Cada 24 de enero, el santoral apunta como protagonista del día a San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y de los escritores. San ‘frasquito de sales’ dicen otros. Por casualidad, más que por devoción, estudié periodismo en Madrid, profesión que he ejercido durante más de 30 años, creo que con bastante dignidad. Pero en 2023 cerró el último medio de comunicación con el que colaboraba, por lo que ahora sólo escribo por placer, no por obligación, cosa que en verdad digo me ha creado una gran liberación. Me explico.

El periodismo que he ejercido estás últimas décadas, además de servirme de medio para ganarme la vida, me ha reportado una gran satisfacción. Creo que he practicado con bastante libertad el periodismo en el que siempre he creído, el de reportero a pie de calle, el que contaba lo que estaba sucediendo, siempre con la verdad como objetivo esencial para trasladar a, en mi caso, los lectores del periódico, siempre bebiendo de fuentes directas y fidedignas, muy preocupado de ofrecer noticias con un toque humanizado, con especial empeño en destacar las habilidades y peculiaridades de determinadas personas a través del estilo del reportaje y la entrevista. Eso sí, con etapas de demasiado trabajo y demasiado estrés laboral. Pero, por desgracia, no siempre fue así. En los últimos años reconozco que, por comodidad, he bebido más de fuentes ‘sospechosas’, como son las notas de prensa de las agencias de noticias y los gabinetes de prensa de las instituciones. Nada que reprochar a estos últimos, igualmente gestionados por periodistas decentes, pero sabemos que su información pretenciosa y tendenciosa es del todo interesada y claramente dirigida por el poder y el dinero. Dicho sea de paso, no me sentía muy cómodo con el resultado final de las noticias que publicaba. De ahí que califique mi final periodístico como una ‘gran liberación’.

Pero es que ahora, viendo los toros desde la barrera, me he vuelto muy crítico, quizá demasiado analista y censor hacia los colegas. No es que crea que la información que veo/leo/escucho esté dirigida hacia los intereses de los gobiernos de turno o las grandes corporaciones que manejan la pasta gansa, sino que directamente estimo que es una información manipulada, hasta el punto de que creo que se oculta la verdad de una realidad social tan compleja como la que estamos viviendo. Hasta tal punto llega mi hartazgo por esta situación, que directamente he renegado de mi profesión. He optado por no ver televisión, ni escuchar radio, ni leer periódicos. He optado de forma voluntaria y consciente por el silencio/aislamiento informativo, también por una simple cuestión de salud mental. Sé que me pierdo cosas que ocurren a mi alrededor, pero nada lo suficientemente importante de lo que no me acabe enterando pronto cuando con la familia, amigos o compañeros. Pero sí que he descubierto, ¡milagro!, que se puede vivir perfectamente de este modo, y muy tranquilo, sin esa necesidad de estar constantemente expuesto al bombardeo de las noticias de rabiosa actualidad que, por otra parte, son negativas y catastróficas en el 99% de los casos, al menos en el caso de la televisión. Una persona muy cercana, a los telediarios les llama terrodiarios. Para vivir con miedo, sorprendido de susto en susto, envuelto en un continuo pesimismo que te puede llevar a la desesperanza y te amenaza con caer en una depresión, es mucho mejor no saber nada de todo eso que unos pocos interesados tratan de ‘venderte’ a toda costa.

La información siempre fue una mercancía para vender, un producto con el que ganar dinero, pero últimamente la veo como una herramienta de control de la población muy útil cuyo objetivo final es hacer a la gente más esclava de lo que ya de por sí somos. Así lo veo y así lo cuento. Aunque quizá esta visión mía no sea más que una consecuencia lógica del trabajador quemado (síndrome de burnout) que necesita descansar y alejarse por un tiempo de la difícil tarea de contar a los demás lo que sucede en este mundo de locos que le falta nada y menos para explotar.

Asín sea.