Biodiversidad, huella digital, sostenibilidad, desertización, cambio climático, capa de ozono, clorofluorocarbonos, efecto invernadero, combustibles fósiles, energías limpias, materiales pesados, protocolo de Kioto… Te suena, ¿verdad? No es que te suene, es que nos lo meten de desayuno, comida, merienda y cena. Ahora todo es ecologismo, todo es verde. Cuidar el planeta es lo más importante del mundo mundial porque nuestra responsabilidad es dejar a la siguiente generación un mundo mejor que el que nosotros heredamos. ¡Tururú!
También es muy importante, crucial diría yo, hacer que la vida de nuestras mascotas sea entre buena, muy buena y excelente. Ahí tienes la nueva Ley de Bienestar Animal que eleva a los animalillos muy por encima de los humanos en derechos, hasta el punto de tener que superar un curso de formación para poder manejar un perro que se pasa media vida en el sofá del apartamento.
Todo es ecología, naturaleza, cero emisiones… Nos lo meten por los ojos, nos machacan a diario. ¿Para qué? Para que te vayas mentalizando que con este pretexto sólo te llegarán restricciones de libertad, impuestos y sanciones. Compra un coche híbrido o eléctrico (menuda estafa que nos colaron), contribuye con el planeta, no contamines, aunque de sobra sabes que para fabricar las baterías de esos vehículos se haya tenido que contaminar lo que no está escrito y que la autonomía que tienes para circular es muy limitada, eso sin decirte lo esclavo o atado que estás a un enchufe eléctrico y su correspondiente gasto en kilovatios.
Qué importa si las fábricas de China, Rusia, EEUU o Brasil siguen escupiendo toneladas de mierda por sus chimeneas sin ningún tipo de prejuicio ni restricción. Qué más da que cada año aumente exponencialmente la pobreza de los seres humanos. Sí, pobreza al lado de nuestra casa, en nuestros barrios, pueblos y ciudades. Sí, personas que no tienen ni para comer, ni para calentarse, ni para dormir bajo un techo. Eso, a los políticos y poderosos explotadores que planifican estas campañas ecologistas, les da exactamente igual, pues ellos acostumbran a nadar en la abundancia disparando con pólvora de rey, gracias al desembolso de nuestros cada vez más sacrificados impuestos.
Nuestra madre Tierra cuenta con recursos suficientes para todos: agua, sol, alimentos… El problema es que hay muy pocas personas que se encargan de acapararlos. Se cuidan de que esos recursos naturales estén mal repartidos, es decir, que se queden en unas poquitas manos. Consecuencia: la mayoría de la población no tiene ni la posibilidad ni el acceso a lo mínimo para sobrevivir. Y para quitarse competidores (personas) de en medio, se provocan las guerras (venta de armas), se inventan pandemias con ayuda de virus de laboratorio (Covid 19), se administran vacunas asesinas (enriquecimiento de las farmacéuticas), se modifica el clima con alta tecnología y se nos envenena poquito a poco a través de la comida y del aire que respiramos.
No te preocupes si el precio de la gasolina o de la comida está por las nubes, lo que realmente debes concienciarte es de no contaminar, de no destruir el planeta y que tu perro sea absolutamente feliz.
PD: Espero de verdad que tengas una buena Navidad, que el año que viene te sea venturoso y que podamos seguir unidos por este negocio maravilloso que compartimos y que desarrolla una gran labor social: el Teléfono de la Esperanza.
Asín sea.