
Yo soy cínico, tú eres cínico, él es cínico, nosotros somos hipócritas, vosotros sois hipócritas, ellos son hipócritas. ¿Estás de acuerdo con estos tiempos verbales? Partamos de las definiciones de la RAE. Cinismo: ‘Actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma deshonesta algo que merece general desaprobación’; hipocresía: ‘Fingir una cualidad, sentimiento, virtud u opinión que no se tiene’. Yo lo resumo de estas otras dos frases: ‘Tener un pensamiento y obrar el contrario’; ‘Una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo’.
Los filósofos que defendían la corriente cínica consideraban que la base de la felicidad y la virtud eran el menosprecio de las normas sociales y la renuncia a la riqueza, la gloria y los placeres sensitivos. Sí, todos practicamos el cinismo y la hipocresía, mal que nos pese, en mayor o menor medida. Y si no, reflexiona. Hay católicos practicantes que aseguran que ellos nunca mienten, por aquello de respetar el octavo mandamiento de la Ley de Dios. Ni siendo un fundamentalista cristiano vas a evitar las ‘mentirijillas’ que son pecados veniales. Eso, ‘confiésalo’.
Pongo algún que otro ejemplo ilustrativo para la generalidad de los mortales. Alguna vez has maldecido a un conductor que pasa a toda mecha por la calle justo antes de que vayas a entrar en el paso de peatones… pero no pasan horas o días hasta que te sorprendes yendo tú en el coche con esa misma prisa o aún mayor, sin causa justificada, esquivando peatones. ¿Conoces algún político que cumpla aquello que ha prometido, todo lo que ha salido previamente por su boquita? Ahora que tenemos elecciones a la vista en unos días, viene bien recordar aquel dicho popular: ‘Prometer, hasta meter (la papeleta, se supone), pero después de haber metido, nada de lo prometido’.
Yo lo veo así: es como si fuéramos dos personas en una sola o si lleváramos una máscara en el rostro, en la que de puertas afuera somos, decimos o parecemos una cosa, y por dentro somos y sentimos la contraria.
¿Para qué mentimos? ¿Para qué representamos ser lo que realmente no somos? ¿Podría tener relación con la aceptación social que creemos que se nos niega? Falsa visión, según mi punto de vista. Mentir a los demás es mentirse a uno mismo. Sé sincero contigo, no hagas lo que no sientes o pienses y la verdad/sinceridad te saldrá de forma natural. Ve siempre con la verdad por delante y te liberarás de una gran carga de remordimiento.
‘La verdad te hará libre’. Gran verdad. El mentiroso tiene que andar con pies de plomo para que no se le descubra su mentira; quien dice la verdad camina tranquilo y confiado por la vida. ‘Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo’. ‘La verdad siempre acaba saliendo a flote’. ‘La verdad, permanece; la mentira, perece’.
Los niños siempre dicen la verdad, por esa inocencia de quien aún no ha sido maleado por la sociedad. Y como la verdad desnuda duele, a veces conviene callar antes de decir lo que se piensa, sobre todo si se sabe seguro que se va a herir sentimientos o sensibilidades.
Asín sea.