"Gracias por enseñarme que esperanza se conjuga con el verbo vivir y que SIEMPRE GANA"
Todavía feliz por los ecos de una tarde en la que un pedacito de mi corazón en forma de libro quedó en el lugar donde aprendió a sanar. Os comparto las palabras que fui capaz de pronunciar y las que me comí. Gracias por hacerme sentir libre y en casa.
“Hace un tiempo conocí en la ONCE a Eugenia, la cita para otro tema, pero después de charlar un rato me recomendó el Teléfono de la Esperanza.
Hace un tiempo toqué al timbre de la antigua sede en Padre Isla y al otro lado de la puerta me recibió Mercedes con un abrazo sin conocerme de nada.
Hace un tiempo asistí con Cintia al taller de autoestima. Después llegó Piedad con café para los problemas, Maite con sus abrazos, Carmen cargada de compasión y felices instantes presentes.
Hace un tiempo conocí a Juan, psicólogo y presidente de la asociación Dones y Talentos. Con él, a través de sus terapias, charlas y talleres profundicé en el crecimiento personal y me hice juanista.
Hace un tiempo, Juan organizó un cursillo intensivo, allí conocí a Carlos, una persona muy especial que me regaló un boli rosa. Le dije que con él pintaría la vida cuando se pusiera gris. También me prometí escribir un libro y firmar las dedicatorias con ese boli, la primera fue a Raquel y lloramos las dos.
Hace un tiempo conocí a Ana, esa noche en el Auditorio no fueron suficientes las respiraciones profundas ni los pensamientos positivos, hizo falta algo más: su mano. Ese día aprendí que pedir ayuda siempre es buena opción, hacer las cosas con miedo también.
A lo largo de ese tiempo conocí a compañeros de los que recuerdo sus nombres, sus caras y sus sueños.
Con esto os quiero decir que lo importante son las personas, nunca sabemos cuánto podemos influir en los demás y como diría Eduardo Galeano que muchas personas pequeñas, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo".