En octubre de 2013 escribí un apunte que creo muy apropiado volver a traer ahora a este foro. Decía entonces que me quitaba el sombrero ante el autor italiano Roberto Benigni quien escribió, dirigió y protagonizó la película La Vida es Bella, una cinta muy vitalista, desarrollada en un ambiente ciertamente complicado y hostil como fue el nazismo alemán, la persecución de los judíos y los campos de concentración.
No me cansaré de ver esta película ni de escuchar su música preciosa. http://www.youtube.com/watch?v=GE0CZNCs41s De verdad creo que hay pocos sistemas mejores para animarme muchos días al despertar que decirle a mi pareja esa frase-mantra que se repite en la cinta de: “Buenos días princesa”. Guido, ese buen hombre judío que protagoniza la cinta, es capaz de sobreponerse y sobrevivir con humor, valentía y un buen grado de locura (de otra forma sería imposible) ante la violencia militar de los nazis, esos que se creían una raza superior, bueno más bien se lo creía un psicópata frustrado con bigote que fue capaz de convencer a otros cuantos millones de ‘enfermos’ de que el resto del mundo estaba equivocado. Y todo el dolor que causaron creyéndose superiores, matando y torturando… en nombre del führer.
Benigni llega a hacer creer a su hijo que el campo de concentración donde encierran a toda la familia para matarles en las cámaras de gas es un lugar donde juegas con el resto de judíos para ver quién gana un tanque como premio. ¡Dios qué maravilla! Un padre que sacrifica su vida para salvar a su hijo. Duro. ¿Qué padre no lo haría? Vaya lección. En la peli se habla del poder de la mente, del racismo, del odio, del miedo, de la impotencia (verte apresado contra tu voluntad y sin haber hecho nada), la alegría y el amor sin límites. La película es excelente y recomendable, prueba de ello es la cantidad de premios que ha recibido desde que se filmó en 1997. Otra cosa discutible podía ser si realmente la vida es bella o no. Pues por existir películas como estas y por otros muchos motivos que ahora no voy a enumerar te digo que sí, que la vida es bella, que merece mucho la pena vivirla, te lo digo yo, a pesar de las circunstancias actuales que a todos nos afectan, de los muchos hijos putas (parece que cada día hay más) y hacerlo con ilusión, plenitud y conciencia, por muy mal que te vayan las cosas. Claro que los problemas existen, todos los días, pero lo importante según mi visión es vivir sin miedo, con la cabeza erguida, sonriendo para generar endorfinas de las buenas, cantando o silbando siempre que se tenga una oportunidad, respirando aire puro para tus pulmones, riendo sin restricciones… Y sin ver tanto el Telediario, qué te lo tengo dicho.
No sé, pero a veces pienso que estamos en una guerra silenciosa donde una mayoría está convencida de que hay que odiar, machacar y acabar con una gran minoría que no piensa igual que la gran colectividad. Como en Alemania en 1938/1939 (ver El niño de pijama de rayas… si te atreves). Otras veces pienso que es un mal sueño del que mañana despertaré. Mientras tanto, vivo con plenitud, sin mordazas, sonriendo, cantando, bailando y riendo a carcajadas, como antes de que nos lo arrebataran casi todo. Como escribió en su día José Agustín Goytisolo y cantó Paco Ibáñez: “La vida es bella ya verás, como a pesar de los pesares, tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos”. Es sencillo. Quizá algún día también tú te lo plantees. Quizá… algún día Dios mediante.
Asín sea.