Una persona adicta al ejercicio es capaz de perjudicar su salud y de desplazar el resto de sus actividades con tal de seguir haciendo deporte. Y con ello pierde amigos, familia, se lesiona y termina sufriendo cada vez que no consiguen sus metas.
Si eres de los que se siente culpable cuando no entrena o está obsesionado con el mono tema del deporte, por favor toma nota.
- Una actividad que tiene como finalidad cuidar de tu salud física y emocional no puede hacerte sufrir.
- Tú no eres tu marca, ni tus logros.
-Si crees que más es mejor y que con ello tu salud y tu físico mejorarán, asesórate con un preparador físico y con un médico del deporte para que te den información rigurosa sobre esta creencia.
-Si quieres superarte y competir contigo y con los demás, sigue siempre los planes de un profesional, un preparador físico.
-Recuerda cuál fue el motivo por el que empezaste a hacer deporte. No fue para sufrir.
-Practica otro tipo de aficiones que te ayuden a regular tu bienestar emocional.
-Sal a entrenar sin medir nada. Deja el reloj y el móvil en casa. Pueden ser tus peores aliados.
-Exponte al malestar de no ir a entrenar cuando no te apetece. Aprender a convivir con esa emoción te ayudará a que la próxima vez no te agobie tanto.
-Escucha a quien te dice que te estás pasando de vuelta.
-Si no estás cumpliendo con las responsabilidades de otras áreas de tu vida, tienes un problema.