– Lidiar con personas que siempre quieren llevar razón, que no dan su brazo a torcer o que cuando les cambias de planes parezca que se les cae el mundo encima, es complicado.
– Si eres de esas personas “catalogadas” como cuadriculadas, a las que les genera ansiedad que les cambien los planes o no eres capaz de entender otros puntos de vista, atenta a estos cinco consejitos:
– Hazte esta reflexión. Este cambio de planes que hoy te parece tan tremendo, ¿mañana seguirá siendo tan horrible?, ¿tendrá dentro de unos días taaaaaanta importancia como la que le estás dando ahora?
– Escucha con interés, atención y curiosidad. El hecho de escuchar y empatizar no te obliga a cambiar de opinión. No tienes por qué defenderte. No es un ataque.
– Si en algún momento alguna opinión o propuesta te parece más interesante que la tuya y decides cambiar… no te sientas mal. Cambiar no es perder. Es evolución. No estás traicionando a tus ideas. Las ideas están vivas.
– De vez en cuando, o con frecuencia, sé generoso y cede. Hay muchos temas que no son importantes para ti y sí lo son para otros. En esos, cede. Es un acto de generosidad.
–Aunque no compartes lo que piensen otros, escucha. Se trata de aprender unos de otros.