Dicen que hay mentiras que de tanto repetirlas se convierten en verdad. Que creas lo que crees, que a lo que te resistes persiste y que no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante.
Puedo seguir añadiendo frases, todas las que las musas me quieran dictar para celebrar la entrada número cien en nuestro blog.
Cien maneras de intentar transmitir esperanza y comprobando que TODO LO QUE DAS TE VUELVE.
No sé si acerté con el estilo, ni con la metáfora, ni si alguien vio aquella sinestesia que tanto me costó encontrar porque como las mejores cosas de la vida las descubres cuando no las buscas.
Cien días, cien temas, cien títulos, cien fotos, cien correos a Ángel, mil gracias por tu paciencia y cercanía.
Gracias a todos por ser cómplices de mis viajes por las nubes y por ser cobijo cuando los monstruos vuelven a cobrar vida debajo de la cama.
Vamos a seguir jugando a las frases. En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, érase una vez Platero. Es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón. Camina viento en popa a toda vela, con diez cañones por banda, sabiendo que no hay camino, sino estelas en la mar. El mar. La mar. Caminante, no hay camino.¡Sólo la mar!.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche, se equivocó la paloma. Se equivocaba. Volverán las oscuras golondrinas, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila. ¿Qué es poesía? Poesía es que me leas tú.
Gracias.