No puedes cambiar a las personas, ni puedes hacer que te quieran.
No vas a conseguir que tengan tu misma opinión o que te den la razón todo el tiempo.
No puedes organizar sus vidas como el que coloca los cajones.
No puedes proyectar en ellas tus sueños y mucho menos tus miedos, ni derramar sobre ellas la sangre de heridas que otros te hicieron.
No podrás tenerlas en el momento justo, tampoco hacerlas desaparecer como por arte de magia.
No puedes pretender que te digan lo que quieres oír. La persona que tienes enfrente es otra. Es distinta. Tú eres tú y yo soy yo. Solo tendiendo puentes nos encontraremos.
En realidad, sí puedes hacer todo lo anterior mediante la manipulación, conseguirás que los demás se sientan culpables, inferiores o paralizados por el miedo durante un tiempo.
Siempre que dependas de otras personas para ser feliz sólo conseguirás sufrir porque nunca vas a obtener lo que tú esperas.
Todo pasa por algo, cada relación tiene un sentido. Ten buena actitud, disfruta, aprende la lección y llegado el momento deja ir y confía en que cada final es un nuevo principio.