martes, 2 de marzo de 2021

martes, 2 de marzo de 2021

Cuñados

El rincón del optimista
Juan

No sé porqué tienen tanta mala fama los cuñados. Quizá no tanta como la de las suegras, pero son unos parientes a los que se les achaca ser unos pesados y que si rehuyes de las sobremesas de las fiestas navideñas es por no tener que aguantar precisamente a tu cuñado/a. Parece que se le asigna aparentar que saben de todo, que hablan sin saber, que imponen su opinión y que se esfuerzan por mostrar a los demás lo bien que hacen las cosas.

El ‘Risitas’, ese personaje que se hizo tan popular a nivel nacional en el programa televisivo de Jesús Quintero, hizo muy famosa la célebre palabra de cuñado (¡cuñaaaaaooooo!) que pronunciaba mientras se destornillaba de risa con la boca abierta y luciendo ese diente solitario, después de haber contado alguno de esos chistes poco menos que incomprensibles. Pero eso no era otra cosa que eso, chistes y poses televisivos para reírnos en plan contagioso.

Digo que no sé realmente los motivos de ese pésimo prestigio, porque a mí me han tocado unos cuñados y cuñadas extraordinarias (tengo 10), ya no sólo es que no sean malas personas, sino que las tengo en una altísima estima, unos seres tremendamente luminosos, generosos y educados. Además, no conozco a nadie que se queje de los cuñados que les ha tocado en suerte, quizá porque todo se trate de una pura leyenda.

No conviene olvidar que, si tenemos cuñados, nosotros también tenemos esa misma etiqueta de cuñados, con lo que tendremos que hacernos mirar si encajamos en los personajes de las sobremesas de Nochebuena, si tenemos algunos de los síntomas descritos, si necesitamos revertir la situación o si simplemente estamos ante una clara exageración de este entrañable parentesco.

Y para hacer unas ‘risitas’, aquí os dejo ocho frases para identificar a un cuñado en las sobremesas navideñas:

• “Tengo un amigo que nos puede conseguir marisco fresco de Galicia por dos duros”.

• “Seguro que este vídeo no lo habíais visto nunca”.

• “Lo barato al final sale caro”.

• “En Internet está mucho más barato”.

• “Si ya te lo dije yo”.

• “Está bueno, pero yo le pondría (añade un ingrediente)”.

• “Así no se pelan los langostinos”.

• “Para qué compráis tanto si va a acabar sobrando”.

Asín sea.