Tenemos que ser nosotros el cambio que queremos ver en el mundo, decía Gandhi. La flexibilidad que demos a nuestros pensamientos, la adaptabilidad que mostremos en nuestro entorno, así como la capacidad para elegir quienes queremos ser nos ayudará a no refugiarnos en nuestra herencia biológica o cultural para justificar nuestros errores y ser responsables y consecuentes con nuestra vida.
Cada uno de nosotros no elige lo que tiene o lo que quiere, pero si quien desea ser en el mundo que le ha tocado vivir. Dejar abiertas nuestras puertas a la alegría y no al sufrimiento, depende de nuestra elección. Nadie nos debe el cumplimiento de nuestros deseos y nuestra seguridad debe cifrarse en un espíritu comprometido con el aprendizaje continuo.