
Mi Experiencia en el Teléfono de la Esperanza
Soy María Celeste, vengo de Venezuela, un país que años atrás podíamos decir que era privilegiado y que hoy en día, por razones que podríamos llamar socio-políticas, se ha tornado imposible de vivir en él.
Por esa razón y otras de igual o mayor peso, tuve que venirme a España con una de mis hijas y mi nieto mayor, dejando allá 3 hijos, 4 nietos, mi casa, mis bienes y toda una vida vivida que no cabe en una maleta, el dolor que eso produce es profundo y lacerante, sin embargo Dios es grande y puso en el camino de ésta luchadora el Teléfono de la Esperanza.
Desde el primer día que asistí, sentí la calidez humana de su gente y para mí fue como un bálsamo curativo.
El poder compartir con otras personas, conocer sus realidades más intimas y a la vez exponer las mías en un espacio de respeto y amor, ha sido una experiencia indescriptible sin dejar de mencionar el beneficio que me han brindado las herramientas adquiridas en los cursos de Autoestima y Mindfulness.
Agradezco en lo más profundo de mi alma el apoyo, el cariño y la sensación de pertenencia que se me ha brindado en el Teléfono de la Esperanza. Gracias a ello puedo decir que es cierto el dicho que reza que “Un tropezón sin caer adelanta el camino” sobre todo si en ese camino encuentras personas con espíritu de entrega, dispuestas a darte la mano y acompañarte hacia una vida mejor plena y satisfactoria.
Con mi eterna gratitud