miércoles, 12 de febrero de 2020

miércoles, 12 de febrero de 2020

Mi experiencia
en el Teléfono de la Esperanza

Testimonios de voluntarios
Una voluntaria

Siempre que hago balance sobre mi vida, marco una diferencia clara, el antes y el después de conocer el Teléfono de la Esperanza. Recuerdo perfectamente el día que comencé,  un doce de Enero, lo que no recuerdo nada bien,  es el año,  pero da igual.
Comencé un taller, el de cuidando al cuidador, porque en esa etapa de mi vida cuidaba de un familiar. Cuando me hablaron del taller,  en mi interior tan solo había una pregunta: ¿quién querrá  ayudarme? sin más, será una charla y luego intentarán venderme algo.
Al principio lloraba en todas las sesiones, pero con el paso de las semanas empezaba a comprender de qué iba todo esto. Al finalizar el curso me sentí como cuando te estás ahogando y una mano desconocida te rescata y puedes respirar profundamente, porque me estaba ahogando y no me daba cuenta porque iba muy muy lento.
Después de ése taller, vinieron más,  en los que cada vez me sentía mejor. Me iba conociendo y todas las piezas dentro de mí iban encajando. Empecé a respetarme, en una palabra empezaba  a amarme y eso significaba amar todo lo que había sido hasta ahora.
Mi adolescencia no fue de lo mejor,  llena de complejos, sin metas, sin ilusiones,  frustraciones, muy confusa  y lo peor de todo, con un intento de suicidio. Quise acabar con mi vida, sí, con mi única vida porque me resultaba muy  doloroso  y complicado vivir y lo único que  conseguí fue empeorarlo todo aún más, porque tuve que seguir viviendo y encima arrastrar una losa de culpabilidad y tormento por haberlo intentado, porque como es normal mi familia me salvó de morir intoxicada.
Gracias a la labor del TE he aprendido a tener confianza en la vida y sobre todo en mí misma.
A quererme y a amarme, porque lo que soy ahora es la consecuencia de ese pasado que tanto me ha atormentado 
Yo no he cambiado, el TE no me ha cambiado, sigo siendo la misma persona, pero soy plenamente consciente de lo que hago y por qué lo hago.
Pero está claro que tengo aun mucho por descubrir y aprender porque prefiero reservarme y no mostrar mi identidad, ya que aún no estoy preparada para mostrar mi interior dañado.
Tan solo decir que muchísimas gracias a la labor que el TE realiza por la salud emocional de las personas, y también gracias a mi familia, por apoyarme y devolverme a la vida, a mi apreciada vida.