Todo lo que das, te vuelve
Inma
Empieza un nuevo año y con él los propósitos, en tono de humor el día 2 de enero leí: 2020 ya la he fastidiado, 2021 te espero con ansias, espero que no sea vuestro caso y persevereis.
Yo también tengo un propósito, aunque en esta ocasión quiero como punto de partida agradecer al 2019 todo lo que me aportó. Me viene a la memoria un día que entré en la consulta de Juan, mi cuerpo se sujetaba a duras penas, mi mente estaba en caída libre, lo primero que hice fue acercarme la caja de pañuelos que todo psicólogo que se precie tiene en la mesa, ese día iban a hacer falta….
Empezamos a hablar…¿qué quieres en tu vida? no pido mucho, quiero vivir, estoy cansada de sobrevivir ,le decía entre pañuelo y pañuelo, salir sola a la calle, dar un paseo, tomar un café...pero no puedo, ¡no puedo hacer nada!...Juan que es un gran observador y con esa calma que a veces te dan ganas de agitarle me dijo: sí puedes, acabas de mover la caja de pañuelos... respiré hondo, no era suficiente….pero aprendí algo valioso, si no eres feliz con lo que tienes tampoco lo serás con lo que te falta.
Aprendí que las cosas son como son y no podemos cambiarlas, sólo elegir con qué actitud afrontarlas.
Aprendí que la vida son momentos y que hay que vivirlos intensamente porque el mañana es sólo una palabra en el diccionario.
Aprendí que las personas van y vienen, nos enseñan valiosas lecciones si queremos aprenderlas, sólo las mejores se quedan y es suficiente.
Aprendí que la vida es cambio, que el error es sólo un paso intermedio en el aprendizaje, que si tomas tus propias decisiones aunque falles aciertas, y que el amor incondicional todo lo puede...
Sólo puedo agradecer por todo lo aprendido, por todo lo sentido, por todo lo vivido, sé que lo mejor está por llegar, 2020 nos vemos en el camino.