Testimonios de voluntarios
Rosa Algorri
He consumido gran parte de mi vida buscando, buscando incesantemente, la forma de poder resolver los miles de problemas que se me han ido presentando, intentando ser feliz y hacer felices a los que me rodean…, en definitiva VIVIR sin tormentos, disgustos, lloros, con la cabeza alta, la sonrisa puesta (no impuesta), no sobrevivir, no, utilizar de la mejor manera posible los talentos que se me dieron al nacer…, conseguir que se multiplicasen y diesen su fruto para bienestar propio y ajeno.
Ha sido una búsqueda larga y muchas veces difícil, tortuosa; en ocasiones perdí el rumbo o no vi la salida al final del túnel, me atasqué, tuve que volver en varias ocasiones a la casilla de salida y empezar de cero, pero un buen día todas mis pesquisas se vieron recompensadas, gracias a una compañera de trabajo descubrí el Teléfono de la Esperanza, y después de mi primer taller, mis huesos dieron con el taller de Mindfulness, afortunadamente también buena parte de mi cabeza y de todos mis sentimientos: la ira, la compasión, la benevolencia, la tristeza, la apatía, el rencor, la alegría, el entusiasmo, etc., … y el agradecimiento infinito a unas personas que utilizan su tiempo “libre” a ayudar a personas “perdidas” como yo.
Carmen nos ha dicho en el taller que si alguien querría escribir algo sobre el mismo, y yo, como casi siempre, me he ofrecido diligentemente, claro, lo que no sabía era lo difícil que iba a ser expresar por escrito lo aprendido en estas semanas, mucho más complicado llegar a contaros cuantas herramientas aprendidas, buscar y por fin encontrar, y aquí estoy, osadamente, dispuesta a conseguirlo.
¡Ojalá mis palabras pudiesen llegar a ti y “convencerte” de asistir al taller!
Nadie externo a ti puede, ni está capacitado para resolver los enigmas de tu vida, ni tiene la piedra filosofal para convertir el camino de espinas en algo gratificante, divertido y entusiasmarte; más bien creo que eso no existe, pero yo sí puedo, y tu también, practicando la meditación, con el convencimiento de que yo soy mi mejor amiga, que tengo que cuidarme y quererme al menos igual que cuido y quiero a mis seres queridos, a mis amigos, a mi familia. Que ante los momentos adversos tengo que pararme y respirar (¡qué tontería si yo ya respiro todo el tiempo!, sí, claro, pero conscientemente, dándome cuenta de lo que hago) dar nombre a lo que siento para poder tratar de tú a tú cada adversidad, entonces comprobarás que todo es mucho más fácil, que no había que resolver difíciles ecuaciones ni problemas aritméticos, que la solución está dentro de ti (tan cerca, tan lejos), lo que necesitas ya lo tienes.
Y quizás lo más importante, si hubiese que hacer una clasificación, dejar el pasado en su sitio (“Agua pasada no mueve molino”) y no pre-ocuparnos del futuro que es incierto y nadie sabe ni cómo, ni cuándo, ni dónde, por mucho que te devanes la sesera no vas a poder adivinar lo que piensa, como actuará, que dirá otra persona, cómo va a ser tu próximo trabajo, cómo te irá con ese nuevo amigo, y sobre todo que todos esos pensamientos (pre y post) te impiden disfrutar del ahora.
No sé si te va a gustar lo que he escrito para ti, ni siquiera sé, a ciencia cierta, si lo leerá alguien, eso no impide que ahora mismo este disfrutando plasmando todos estos pensamientos en la pantalla del ordenador.
Feliz momento presente. ¡¡¡¡¡ Gracias !!!!!!
“Yo soy YO.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mi mismo
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
cuando intento que seas como yo quiero
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.”
Fritz Perls 1893-1970 (Neuropsiquiatra psicoanalista)