Ventanas al sol
Ana Cristina Pastrana
Dicen que era raro, que huía de la gente, refugiándose en la soledad.
Dicen que vivía ensimismado, con gesto contrariado y semblante taciturno.
Pero un día su rostro se llenó de luz y sonrió.
Al igual que el árbol que decidió viajar, se desprendió de la tierra que le aprisionaba, que diría Josoeowsky, y se dio cuenta de que sus ramas eras raíces celestes.
Todos somos árboles con miedo a volar, a la libertad.