domingo, 7 de noviembre de 2021

domingo, 7 de noviembre de 2021

Ansiedad

Todo lo que das, te vuelve
Inma

Primero descubro que soy responsable de mi vida y no puedo echar la culpa a nadie de lo que me sucede y ahora resulta que la ansiedad, esa montaña rusa de emociones, esa piedra que se mete en tu zapato que no mata pero da la lata, no es nada, Es un pequeño problemilla que nos montamos en la cabeza nosotros mism@s y que si nos gana terreno es porque queremos. 

Esto ya es el colmo, que se pare el mundo que me bajo. Mientras frena y no frena la bola esta en la que vamos girando enterándonos parece ser que de muy poco, voy a verificar. 

Todo empieza cuando la mente se siente en peligro, real o imaginario y trata de defenderse o huir. Defenderse debilita, huir es evitación. Al tener el cuerpo preparado para la lucha o la huida la mayoría de la sangre va a los músculos y llega menos a la amígdala que es la glándula encargada de aprender, comprender, ser creativo y tomar buenas decisiones.

Para gestionar la ansiedad es imprescindible que decidamos pasar a la acción y afrontar la situación que evitamos, comprobaremos que aunque en un primer momento los síntomas aumentan, si nos mantenemos de forma progresiva van desapareciendo. 

Imagina que hay una escalera, tu ansiedad y tú estáis abajo, hay oscuridad, arriba está lo que quieres en tu vida, hay claridad. 

Vas a subir sí o sí ¡que sólo es una escalera!, de cosas peores has salido. Da pequeños pasos, afronta, persiste, agárrate a la barandilla si lo necesitas, permítete tener un mal día, tropezar, caer y volver a empezar. Si la ansiedad se empeña en subir hazle un hueco a tu lado y sigue a lo tuyo. Distráete, pon música, repite un mantra, repasa la lista de la compra o la de los reyes Godos, date tiempo. Hace mucho que se instaló en tu vida, no pretendas que desaparezca de un plumazo. 

Cuando llegues arriba agradece, celebra, disfruta del paisaje, aprende la lección porque vino a enseñarte algo que tú no sabes ver, porque no te escuchas, porque no te  valoras, porque te han dicho que quererte es de egoístas y te lo has creído. Porque te han dicho que no te lo mereces, que no pidas ayuda, que tengas prisa, que seas sumis@, y te lo has creído.

Por favor, no cojas el ascensor para bajar, sigue practicando, en la escalera ahora hay sitio para dos. Sonríe y sigue adelante.